El maquillaje de la Policía
Mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se encuentra en Colombia revisando los casos de violación de derechos humanos en el país, el Gobierno emitió una reforma policial a esta institución para renovar y mejorar la imagen de la misma.
El anuncio se dio por las constantes críticas que se le ha hecho a esta institución por el uso desmedido de la fuerza en el marco del paro nacional. El ministro de Defensa y el presidente Duque, niegan estas acusaciones manifestando que este órgano ha cumplido estrictamente con todos los protocolos para manejar la contingencia actual, siempre con base en la defensa de la ciudadanía.
Esta reforma, según Duque, será «un decreto que modernizará la estructura orgánica de la Policía Nacional, sobre todo para fortalecer la política de defensa, protección y tutela de los derechos humanos, así como la vinculación de todos los estatales del servicio a este propósito», como también, manifestó que un punto importante es el cambio de uniforme a los policías, alineándose con los estándares internacionales hacía el color azul; pues este transmite más seguridad y confianza, mismo color de uniforme que usaba el agente de policía en Minnesota, Derek Chauvin, al cometer delito de homicidio contra George Floyd el 25 de Mayo del 2020.
Duque cree que el maquillaje que tendrán los policías hará que cambie la visión de los colombianos frente a esta entidad, recuperando la confianza y olvidando toda la violencia policial que ha cometido durante el paro nacional, como si fuera poco 45 asesinatos, 1.649 detenciones arbitrarias contra manifestantes, 705 intervenciones violentas, 65 victimas de agresión ocular, 187 casos de disparos de uso de arma de fuego, 25 casos de violencia sexual, todos por parte de la fuerza pública, ya sea ESMAD o Policía Nacional, desde el 28 de abril hasta el 31 de mayo contra la población civil, según registros de Temblores ONG.
Estas cifras, junto a los videos publicados en redes sociales, denuncian las grandes agresiones de la fuerza publica al usar armas de fuego, cuchillos y cometer atropellos contra manifestantes. Muestra como se necesita una reforma estricta inmediata, tal como señala José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para América. «Se necesita una reforma seria que permita separar claramente a la Policía de las Fuerzas Militares y asegurar una supervisión y rendición de cuentas adecuada para impedir que estos abusos vuelvan a ocurrir o queden impunes», pues estas violaciones de los derechos humanos se dan por unas fallas estructurales profundas en este órgano.
Las medidas que se quieren implementar en la reforma son superficiales y cosméticas, al ignorar la situación actual y dejar cualquier violación de derechos humanos en la impunidad, solo se ve como buscan lavarse las manos. La verdadera reforma policial debe empezar por escuchar a las víctimas y a los jóvenes que han estado a diario en las protestas, que tienen como principal petición la no violencia y una resolución de conflictos justa, con un desmonte del ESMAD y que cada miembro que haya cometido un delito acepte sus cargos frente a la justicia, como también, que la principal función de la Policía sea estar a favor de la ciudadanía y no para beneficiar un ente que busca su defensa individual.
Un cambio de color no hace una reforma estructural y mucho menos el perdón y confianza del pueblo colombiano.
Por: Laura Reyes
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo