Columna de OpiniónNoticias

Ganó Wilmar, perdió Juan.

A pesar que el candidato de la continuidad Fernando Rivera se perfilaba como ganador antes de iniciar la contienda, dado que el alcalde tiene una de las imágenes más favorables del país, según el Noticiero CM&, su resultado no fue contundente contra su competidor, quien si se la estaba jugando a ganar o ganar.

El «compadre» de Juan Guillermo Zuluaga se encasilló en toda su campaña con la frase «en Villavo vamos bien», aunque en el transcurso de la contienda le hicieron ajustes a su eslogan, como «el alcalde de todos», «el alcalde de las oportunidades» y terminaron la campaña con una frase que quisieron convertirla en tendencia en redes sociales #yovotobien, todo esto con el fin de vender mejor la imagen de Rivera.

Pero esto no sirvió de mucho, a Fernando Rivera le pasaron factura por varias cosas, una de ellas fue su vinculación directa con la actual administración, puesto que Juan cometió errores.

En medio de la incertidumbre si estaban haciendo bien las cosas, las dos campañas entraron en la guerra de la publicidad negra, eso es normal en las contiendas electorales, la diferencia en esta, fue la rapidez con que se movían los contenidos en las redes sociales. A comparación de otras campañas.

Este juego sucio se convirtió en el caballito de batalla para desprestigiar la imagen entre candidatos, pero la campaña del verde manzana no se percató que con esa guerra, no le harían el mínimo daño al candidato del Cambio Radical.

Es lógico, y ustedes dirán, Fernando es el candidato de la maquinaria y por eso tenía que mostrar todo lo bueno de la actual administración, el problema es que todo estaba dado para que Fernando no ganara, pues vender su imagen no fue tan fácil.

Por ejemplo, a Wilmar en medio de la guerra sucia, le resaltaron el hecho de haberse quemado dos veces, y que en esta tercera también,  por eso levantaba sus tres dedos de su mano (eso es lo que decían), algo que no lo debilitó nunca pues quemarse políticamente no es sinónimo de siempre perder.

A diferencia de Rivera, a quien no toda la gente le creía el hecho de saludar, cuando nunca saludaba, subirse a los buses, abrazar al proletariado y las clases sociales entre otras estrategias para cautivar votos, esto se prestó para que el rumor entre los villavicenses fuese «y este ahora si es de la gente».

Ganar o perder, era la iniciativa que se tomó desde el momento de elegir  a Rivera como candidato, pues la decisión solo se consolidó entre los dos compadres, no se tuvo en cuenta a las familias y líderes políticos que subieron a Juan a la alcaldía, fue una decisión sesgada de los Administradores públicos, dado que uno de ellos goza con buena imagen, lo cual sería  el trampolín para ganar en la capital del Meta y porque no pensar en una Gobernación en las próximas elecciones.

Pero la estantería se derrumbó, junto con todas las alianzas que tuvieron en la campaña, las cuales querían meterse en la alcaldía local.

Wilmar Barbosa, el señor de «con quien es la cosa» les desdibujó el panorama a los futuros secretarios, contratistas y hasta posibles aspirantes a las elecciones de Senado y Cámara, pues  su victoria, la de Barbosa, fue más contundente que la de Juan Guillermo hace cuatro años.

Hace cuatro años el señor sin miedo, le ganó a Víctor Delio por menos de 5000 votos de diferencia, y la sumatoria de los que no votaron por Zuluaga estuvo cerca a los 100 mil. Lo que da como resultado que un grupo significativo no lo querían  ver en la Alcaldía. (Juan obtuvo 59 mil votos).

Para esta contienda, Juan siguió con su caudal, dándole sus votos a Rivera, a  espera que se sumara algo más, y así ganar, pero el problema fue, que hicieron mal las cosas.

De acuerdo a lo anterior, el Alcalde cometió varios atropellos a los ciudadanos, como es: los vendedores informales, las zonas azules y las obras empezadas pero no terminadas, todo esto generó rechazo en la comunidad y se lo cobraron a Rivera.

Por su parte Wilmar se convirtió en la esperanza, la renovación y el futuro de una Villavicencio prospera, y no lo aseguramos aquí, lo aseguran los más de 102 mil votos que obtuvo, que si sumamos los votos que no querían que Barbosa ganara ni siquiera lo igualan. Eso es ganar o ganar.

El otro talón de Aquiles para la Candidatura de la continuidad es el endeudamiento, situación que tiene dos filos:

1ro. Porque mostrando obras, a medio terminar y terminadas, la percepción de la comunidad debía ser, este alcalde si hizo. Lo que serviría para ganar la Alcaldía.

2do. Las ganas de dejar huella, sin importar que tanto dejara endeudada la ciudad, para postularse a la Gobernación del Meta 2020.

Entiéndase que a la gente no le gustan las deudas, por consiguiente si Zuluaga hubiese hecho una obra gigante, la comunidad solo va ver que endeudó la Alcaldía.

Los seguidores de Zuluaga no supieron hacer las cosas, afortunadamente para CM& Wilmar ganó, porque ellos los Zuluagistas (no Riveristas), pusieron en tela de juicio las encuestas, encuesta donde daban en meses anteriores  muy favorable la imagen de Juan, pero eso son calenturas políticas.

Las alianzas parecen que no sumaron, las estrategias no sirvieron y el resultado se vivenció, Ganó Wilmar, perdió Juan. Y quedó demostrado una vez más que alcalde no pone alcalde en Villavicencio y que si Zuluaga no quiere perder en futuras contiendas deberá jugar muy bien sus fichas.

 

7 comentarios en «Ganó Wilmar, perdió Juan.»

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