Columna de Opinión

LA REFORMA TRIBUTARIA, EL PEOR REGALO DE NAVIDAD

Por ahí dicen que los platos del gobierno los paga el pueblo. Y en el caso de Colombia que dicho para ser tan cierto. Prueba de esto, es que para el próximo año seguramente los colombianos tendrían que pagar no el 16% del IVA, sino el 19%. Sin embargo, este incremento no aplica para productos como la carne, el pollo, los huevos y los útiles escolares. Pues, sería el colmo sí lo hicieran.

Pero señores y señoras no se quejen, por el contrario, alisten las gotas de valeriana y unos cuantos pañuelos, porque es más fácil que los del SÍ y los del NO lleguen a un feliz acuerdo, que los 46 millones de habitantes de este país, se salven de no ser afectados por la reforma tributaria. Pues, tapar el déficit fiscal, el cual es solo de unos 20 billones de pesos, recursos que no fueron recaudados desde hace un año, producto de la caída del petróleo, no es una opción sino una obligación.

Aunque ni la casa de Dios, es decir, las iglesias se escaparan de pagar impuestos. Según el Gobierno Nacional por ser estos templos fundaciones sin ánimo de lucro y tener una lista de bienes e inmuebles deben pagar. Pero, mucho ojo, que este recaudo no lo harán por el lugar en donde se reúnen los feligreses a orar, sino por los negocios que tengan estas iglesias, como emisoras, periódicos, librerías y cafeterías, etc.

Pero ahí no para la cosa, porque a los pequeños comerciantes también les tocará gravar sus ingresos, a través del impuesto “Monotributo”. Es decir, que les cobrarían una tarifa del 1% para aquellos establecimientos que tengan ingresos entre 43 millones y 104 millones de pesos.  Pero ojo, que este impuesto es opcional. Lo que no es opcional es pagar el impuesto del 4 x 1000, el cual lamentablemente se mantiene.

Pero, por el contrario, el impuesto que sí fue eliminado es el de la riqueza, mientras que a las personas que tengan ingresos superiores a los 1’500.000 las obligan a declarar renta ¿Qué tan equitativa es esta reforma tributaria?

Lo que no fue nada equilibrado y bastante desatinado, fueron las palabras que dijo el presidente Santos en su primera campaña electoral, en las cuales decía que no iba a subir las tarifas para recaudar los impuestos, y que si era posible firmaba en piedra o en mármol lo que había dicho. Sin embargo, durante su mandato, ya son tres, con esta, las reformas tributarias que ha presentado ante el Congreso.

Lo triste es que el tiempo corre y hasta el 16 de diciembre hay plazo para que esta reforma sea aprobada en el Congreso de la República, en donde al parecer será aprobada a pupitrazos

Tenemos que reconocer que en Colombia existe un déficit fiscal, pero no puede ser el pueblo quien asuma los impuestos y los ricos los que concentren la riqueza.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.